Feria del Libro de Valladolid > Noticias archivadas > Noticias 2018 > Menéndez Salmón: "La velocidad de crucero de la realidad se ha acelerado de un modo imparable"
Los cambios sociales y la felicidad son dos cuestiones que están latentes en la obra de Ricardo Menéndez Salmón y que también aborda en su última novela ‘Homo Lubitz’ (Seix Barral, 2018) que ha presentado en la Feria del Libro de Valladolid. «Los cambios constantes hacen que el suelo que pisamos sea poco fiable, movedizo. Es como si el hombre contemporáneo hubiera perdido los asideros donde sujetarse», ha planteado. Una circunstancia que le lleva a reflexionar sobre esa velocidad de los cambios estrechamente ligada a la evolución tecnológica. «La velocidad de crucero de la realidad se ha acelerado de un modo imparable», ha defendido durante una rueda de prensa previo al encuentro que ha mantenido en el Teatro Zorrilla con el profesor de filosofía Juan Canal. «La aceleración y, por ende, la plasticidad y el grado de distorsión que puede alcanzar la realidad es mayor que en tiempos anteriores», ha añadido. «Las brechas científicas y tecnológicas suceden a mayor velocidad que en cualquier otro periodo histórico». En este punto, Menéndez Salmón ha planteado que cuando un escritor se adentra en el terreno de la ficción «corre el riesgo de que la realidad le pase por encima». En su perspectiva personal, el autor asturiano ha recordado que, nacido en 1971 ha vivido una serie de transformaciones que le separan de sus mayores pero dentro de esa experiencia también se están viviendo cambios que también le separan también de las generaciones con las que comparte el cronomapa. Dentro de esos cambios constantes, el autor de Homo Lubitz ha asegurado que prefiere quedarse un paso atrás de lo que la realidad de propone. Un tema también presente en sus novelas también es la idea del deseo, «no en el plano físico sino como una especie de dictadura de nuestro tiempo». «Es muy difícil decir no y salirse de la rueda», ha apostillado. Esta vinculación con el deseo también la ha ligado con el concepto de felicidad, que a su juicio en el concepto clásico se percibía como un concepto del individuo pero que hoy en día se «ha convertido en un deber». «Hay una obligación de ser siempre feliz y la única forma de alcanzar la felicidad es a través de la consecución de bienes materiales. A través del libro reclamo mi derecho a no desear formar parte de ese mundo donde se exite que tenga que ser feliz a toda cosa», ha apuntado.]]>
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