La Feria del Libro de Valladolid ha servido de marco para la presentación de Los ballenatos, la obra póstuma del escritor José Manuel de la Huerga, fallecido el pasado mes de noviembre y que fue galardonada con el XXIII Premio de Novela ‘Mario Vargas Llosa’. De esta forma ha comenzado el homenaje rendido a este autor vallisoletanos que como ha recordado la concejala de Cultura, Ana Redondo, la ciudad le recordará siempre a través de sus libros y también gracias a su implicación en todo lo que le rodea. En esa misma línea también se ha expresado su amigo y conductor del homenaje, Rafael Vega. “José Manuel no era sólo un magnífico escritor, era también un gran vecino, un gran maestro y profesor, muy implicado con todos los movimientos vecinales y también con lo relativo a la docencia y la educación”, ha destacada su amigo el dibujante Rafael Vega ‘Sansón’. Los organizadores del acto han querido que José Manuel de la Huerga estuviera presente, no sólo con el retrato que ha presidido el homenaje sino con su palabra y de eso se han encargado Luis Miguel García, de Teatro Corsario, y Mercedes Asenjo, de Azar Teatro, que han leído cuatro extractos de diferentes textos. En la presentación de Los Ballenatos han intervenido el presidente del jurado del Premio Vargas Llosa, Francisco Florit, el catedrático de Literatura Española, Germán Vega, y el director de la Biblioteca Virtual Miguel Delibes-Cátedra Vargas Llosa, Manuel Bravo Infante. El homenaje ha continuado con una mesa de recuerdo a José Manuel de la Huerga en la que los escritores Óscar Esquivias y Vicente Álvarez, junto al editor César Sanz (Difácil) han realizado un repaso por su vida tanto en el aspecto literario como humano. “Era un entusiasta de la literatura, siempre con el rigor de la palabra y constructor de universos literarios para hablar de los grandes temas que le interesaban: el amor, la infancia…”, ha expuesto César Sanz. A ese rigor con la palabra también ha hecho referencia Óscar Esquivias, quien ha definido a De la Huerga como un extraordinario escritor muy apegado a su entorno y también muy abierto de mente. El burgalés ha recordado uno de sus temas más recurrentes, el mar, presente en buena parte de sus obras y las referencias también precisas a Cantabria y Asturias. Considerado uno de los mejores autores de su generación, levantó un territorio narrativo propio desde Conjúrote, triste Plutón (1992) hasta SolitarioS (2013), libro donde surgió Barrio de Piedra, un lugar imaginario que adquiere aún más relieve en su última novela, Pasos en la piedra (2016), con la que ganó el Premio de la Crítica de Castilla y León. Toda su obra narrativa y poética recreaba espacios de la memoria, como en el volumen de relatos Historias del lector (1999), la novela Este cuaderno azul (2000, Premio Ciudad de Móstoles) o el poemario La casa del poema (2005). No obstante, el arte y la música llegaron a adquirir gran protagonismo en La vida con David (2003) y en Leipzig sobre Leipzig (2005, Premio Fray Luis de León de Creación Literaria), al igual que la evocación del mar en su exitosa novela Apuntes de medicina interna (2011), Premio Miguel Delibes de Narrativa. También cultivó con éxito la narrativa breve: en 2010 consiguió el Premio del Concurso de Cuentos “Hucha de oro” con su relato Un pájaro de invierno. Ejercía como profesor de Literatura en el instituto de Tudela de Duero, Valladolid, ciudad donde residía desde niño y en cuya Universidad se licenció en Filología Hispánica. Compaginaba su labor literaria con la colaboración en prensa escrita y digital, así como la participación en foros de crítica y creación literaria, y talleres de lectura y escritura creativa.]]>