«No ha habido momento en el que la democracia no sienta que se encuentra en crisis». «En todas las épocas, la democracia ha creído que estaba en crisis, pero realmente ha habido crisis, no tenemos más que recordar la caída de la república de Weimar en Alemania y la llegada de la irrupción del III Reich y los totalitarismos». Estas dos afirmaciones corresponden a los politólogos Fernando Vallespín -la primera- y Manuel Arias Maldonado -la segunda- y han sido el punto de partida para analizar si la situación actual es una falsa alarma o, por el contrario, anticipa una revolución. Ambos han compartido mesa de debate con el juez vallisoletano Ignacio Martín Verona y moderados por el periodista de la Cadena Ser Javier Cuevas. Ambos han coincidido en que uno de los factores determinantes en la situación actual es la revolución tecnológica, que «ha supuesto una reestructuración completa del espacio público», ha sostenido Vallespín. » El espacio público es hoy un ensordecedor ruido donde lo que hace la gente es incorporarse a una parte en conflicto y se está balcanizando el espacio público. Se ha perdido el valor de la argumentación lo que ha llevado al sobredimensionamiento de las pasiones y las emociones», ha dicho. Siguiendo con esta argumentación, Vallespín ha defendido que esa estrategia política «emocional y polarizada» luego choca con la realidad, donde el 90 por ciento de la política es pura gestión y ahí es donde se rompe la conexión entre las políticas públicas y la escenificación del conflicto público que aboca a la frustración. En esta misma línea, Arias Maldonado ha planteado que la sociedad actual se puede calificar de «agonista» donde la estructura de la comunicación está dirigida al conflicto, y los actores políticos recurren al tremendismo para llamar la atención, con promesas muchas veces inalcanzables que abocan a los ciudadanos a la frustración. Otro de los factores que consideran que han influido ha sido el hecho de que la democracia ya no se conciba como el único sistema que garantice el avance económico, a raíz de la crisis. La irrupción de China, con un sistema comunista, en el mercado internacional con un modelo eficiente de crecimiento económico hace que no se vea la democracia como la única fórmula y dé lugar a otros modelos más autocráticos con Rusia o Turquía como ejemplos que pusieron sobre la mesa. Por su parte, Martín Verona ha analizado la crisis del sistema democrático desde una perspectiva judicial y ha destacado el papel de los jueces como garantes del reconocimiento de los derechos recogidos en las constituciones. En todo caso, Martín Verona ha considerado un error la estrategia de judicialización constante de los problemas sociales. «No estamos acostumbrando a tener el sistema penal como barricada lo que supone un menoscabo del debate y es un error», ha asegurado.]]>